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Gato no anda con chivo




GATO NO ANDA CON CHIVO, NI POLLO CON PERRO

por Alberto Mansueti


25 de febrero de 2015


Solo una propuesta liberal puede competir con el socialismo en América latina y desafiar la hegemonía del Foro de Sao Paulo. Pero "los liberales no progresan porque están divididos", dice la sabiduría convencional, en cada país latinoamericano.

Sin embargo, todo campesino sabe muy bien que debe tener separados a los animales según su naturaleza.

Cierto que los liberales no progresan, ni crecen, pero no es porque "están divididos", sino porque carecen de un Programa Liberal para ofrecer a la gente y de un Plan Político para darle cumplimiento.

¿Y por qué no los tienen? Si observamos los sucesivos intentos fallidos en todos los países, hay una razón principal y es ese terco empeño en querer juntar gato con chivo y pollo con perro. Es imposible. "Que los liberales somos muy poquitos y tenemos que unirnos", dice la sabiduría convencional... ¿Pero quiénes somos "los liberales"? Esa palabrita se ha hecho multívoca desde hace tiempo y encubre varias clases de bichos distintos por naturaleza. Hay al menos cinco categorías:

(1) Liberales Clásicos: creemos en Gobierno Limitado, mercados libres y propiedad privada. Algunos creemos en el Dios bíblico, otros son deístas, agnósticos o ateos, pero entre nosotros estamos de acuerdo en que el norte de nuestra acción política son nuestras políticas, no nuestras creencias o no creencias en religión. Hemos desarrollado el Programa de Las Cinco Reformas, y nuestro plan político es impulsarlas desde el Congreso, una vez derogadas las leyes malas que las impiden. Para eso hay que quitarle al socialismo sus cuadros y base electoral "cristianas".

(2) "Neo" liberales: devotos del Consenso de Washington. Por lo general pretenden que los socialistas "aprendan economía" y hagan políticas liberales y ellos hacer turismo en sus "tanques de pensamiento".

(3) Liberales "sociales" o socialdemócratas: no aprendieron economía; por eso quieren seguir con el Welfare State, pero sin corrupción, sin "modelo autoritario", y con "Estado de Derecho" (¿?)

(4) Anarco-"libertarios": aprendieron economía, pero no suficiente de capitalismo; por eso no saben que sin Gobierno limitado no hay mercados libres ni propiedad privada.

(5) "Neo" Ateos beligerantes: marxistas culturales que aprendieron algo de economía, pero nada de política; por eso no saben que Engels y Gramsci tenían razón y sin familia ni religión no hay capitalismo. Estas cinco clases de "liberales" (¿?) jamás podrán acordarse en ningún Plan político, reforma o estrategia alguna, salvo dónde será la reunión para el siguiente round de pelea. Suena duro, pero lo que conviene en muchos grupos liberales, es el divorcio político inmediato.

Primero, porque muy profundas diferencias filosóficas impiden acuerdos entre las cinco especies. El nihilismo en todas sus expresiones, p. ej. el existencialismo y el relativismo, confunden a la gente, incluso a mucha de la que se dice "liberal". Las cinco especies son como gatos, conejos y gallinas: no pueden estar entreverados ni revueltos, ni siquiera juntos. Como sabría un campesino. Pero la clase media "liberal" lo ignora. Quizá sea por tantas "tiernas" fotoshopes de gatitos y perritos abrazaditos y "amorosos", que las elites del "Nuevo Orden Mundial" nos muestran a diario, para decirnos que todas las especies animales, entre ellas el hombre, deben convivir bajo un Gobierno Único planetario. Así el socialismo Fabiano nos impone su Agenda darwinista social y Neo malthusiana.

Segundo, es imposible un acuerdo "político", porque la política solo a los liberales clásicos nos ocupa. En cambio los anarquistas son anti-políticos por principio; a los "neo" ateos no les interesa la política sino la religión, que quieren borrar del mapa, vaya Ud. a saber cómo; a los liberales "sociales" no les interesan las reformas liberales sino la "transparencia"; y los "neo" liberales dejan la política para los partidos social-demócratas, ¡ellos quieren ser ministros de Economía!

Para colmo todos estos choques y desencuentros se suceden en medio de un clima ferozmente antipolítico y partidofóbico.

Pero "¿y los socialistas no se unen?". Hay en la sabiduría convencional una falsa analogía aquí. La realidad es que no, los socialistas no se unen, salvo para unos fugaces contubernios llamados "Frentes Populares" de tipo electoral, que se hacen trizas tan pronto pasan los comicios. Porque las izquierdas de diversas razas se llevan muy mal entre ellas; como cuenta Mises en su libro "Socialismo".

Cada rama anda siempre por su lado: no se mezclan socialistas ateos o "laicos" con socialistas cristianos (católicos y no católicos van separados también); socialistas judíos (sionistas) no se "unen" con socialistas árabes (baathistas) ni musulmanes (jihadistas); los socialistas "nacionalistas" (nazis, fascistas, falangistas y otros de ese mismo género) no se juntan con los comunistas rojos internacionalistas, ni éstos se arriman a los social-demócratas ni a los anarquistas ni a los trotskistas; los fabianos "progresistas" no se mezclan con los "revolucionarios" radicales etc. etc.

Uno de los secretos del éxito de las izquierdas: no van perros y gatos a la misma bolsa. Lo que pasa con los socialistas es que son muchos, demasiados, muy numerosos, tan abundantes que sus cifras de gentes les alcanzan siempre para formar cada cual su tienda aparte, y aún así queda cada una bien poblada; en cambio los liberales somos un puñadito. ¿Por qué somos tan poquitos? Bueno, ya lo dije.


Fuente: Al dia Movil, Bolivia.





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